Otro crimen salvaje

Otra joven trabajadora y seria, de talento y belleza, ha caído abatida por la saña de dos malvados delincuentes que la emboscaron, la balearon y la arrastraron para atracarla en las mismas puertas de su residencia.

Este es un crimen que ha sobrecogido de nuevo a la sociedad y, en especial, a la de San Francisco de Macorís, de donde era oriunda la joven Kaisha Patricia Requena Grullón, psicóloga industrial y gerente de recursos humanos de la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos, hija de una respetable y noble familia de aquella provincia.

Dos desconocidos se apearon de una motocicleta y la sorprendieron cuando ella se desmontaba de su vehículo, para ingresar a su hogar en la urbanización El Millón. Intentaron quitarle su cartera y, al resistirse, le pegaron varios tiros hasta dejarla moribunda. ¡Cuánta crueldad!

Esta sociedad no puede quedarse de brazos cruzados frente a este horrendo crimen, que se repite casi a diario en nuestras calles y nuestros barrios, acentuando el estado de inseguridad que hemos venido padeciendo desde hace tiempo y que, en gran medida, parece propiciado por la sensación y la realidad de que los delincuentes y asesinos no son castigados ejemplarmente por la justicia.

Con “medidas de coerción”, blanditas, indulgentes, ineficaces, no llegaremos a ningún lado. Los delincuentes reinciden y se burlan de la sociedad. Y por eso caerán más Kaishas dominicanas, indefensas y desprotegidas, hasta que el país se levante y diga: “No aguantamos más violencia ni criminalidad, más corrupción e impunidad”.