Chequeen esta decima:
Por Orlando Holguín
La Ley de Hidrocarburos es odiosa y poco confiable. La desconfianza radica en los cálculos. Si los explica un experto, es lo mismo que lo haga un nacional chino en su idioma. Con la frase del sube y baja (petróleo y combustibles), se puede hacer un juego de palabras. Si sube, suben; si baja, no bajan; si no sube, los subimos; si no sube ni baja, también suben, y si vemos que baja mucho, entonces los convertimos en un helado: los congelamos. Llenar el tanque hoy día es tan difícil, que un amigo me contó que le cayó un dinerito fuerte, andaba con una jeva y pidió llenar el tanque. Al vehículo le dio una sirimba tan rara, que hasta tosió, y claramente le dijo a su dueño: “por poco me ‘ajoga’, por lo menos avísame”.
La Ley de Hidrocarburos es odiosa y poco confiable. La desconfianza radica en los cálculos. Si los explica un experto, es lo mismo que lo haga un nacional chino en su idioma. Con la frase del sube y baja (petróleo y combustibles), se puede hacer un juego de palabras. Si sube, suben; si baja, no bajan; si no sube, los subimos; si no sube ni baja, también suben, y si vemos que baja mucho, entonces los convertimos en un helado: los congelamos. Llenar el tanque hoy día es tan difícil, que un amigo me contó que le cayó un dinerito fuerte, andaba con una jeva y pidió llenar el tanque. Al vehículo le dio una sirimba tan rara, que hasta tosió, y claramente le dijo a su dueño: “por poco me ‘ajoga’, por lo menos avísame”.