Las catarsis perredeístas del pasado jueves 1 de agosto tienen necesariamente que conducir a una inevitable disminución de las tensiones entre los bandos en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), toda vez que han consumado por su cuenta y en paz los propósitos inmediatos que perseguían: la celebración de una reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
Pero ello no significa que no surjan grandes interrogantes en el futuro inmediato si se considera que la celebración de dos CEN paralelos implica el inicio de una nueva etapa en la accidentada vida del PRD. Obviamente, hay que esperar una carrera por asegurarse las bases y con ellas los organismos. Todo va a depender de la capacidad de maniobra de los bandos en pugna.
Pero ello no significa que no surjan grandes interrogantes en el futuro inmediato si se considera que la celebración de dos CEN paralelos implica el inicio de una nueva etapa en la accidentada vida del PRD. Obviamente, hay que esperar una carrera por asegurarse las bases y con ellas los organismos. Todo va a depender de la capacidad de maniobra de los bandos en pugna.