El acuerdo con el FMI

Varios meses tardó el gobierno en convencerse de que era necesario un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), no solo para aprovechar una línea de crédito, sino para asegurar la solvencia necesaria en un momento de extrema delicadeza frente a los inversores externos y ante el previsible cuadro de reducción de los ingresos fiscales.

Luego de las declaraciones del propio presidente de la República, en el sentido de que no era necesario un acuerdo con el FMI, y de las descalificaciones del secretario de Hacienda, Vicente Bengoa, en el sentido de que quienes apostaban por un acuerdo con el organismo financiero padecían del llamado “complejo de Guacanagarix”, estaba claro que el gobierno esperaría hasta el ultimo momento para pedir el acuerdo y guarecerse bajo esa temida sombra.

Según el anuncio oficial, los responsables de contactar al FMI son el secretario de Hacienda, Vicente Bengoa Albizu, y el Gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu. El déficit del Gobierno Central no permite más espera, y la decisión incluye acceder de inmediato a los 275 millones de los Derechos Especiales de Giro, que son el resultado de los fondos disponibles en el FMI como parte de los acuerdos del G20 de principios de este año, cuando se decidió darle poder financiero y político a ese organismo, con la disponibilidad de 750 mil millones de dólares para ayuda a los países ante la crisis financiera global.

El FMI creó esta línea de giro para sus miembros, y al mismo tiempo flexibilizó sus condiciones para líneas de créditos y las firmas de acuerdos, con disponibilidad de recursos. Los 275 millones a los que decidió acudir el gobierno no tienen relación directa con el acuerdo al que se pueda llegar. Son fondos para aumentar las reservas del Banco Central.

Detrás de la decisión del gobierno está una drástica reducción de los ingresos fiscales, por un lado, y la imposibilidad de financiar el déficit del presupuesto nacional del 2009, incluyó como ingresos externos 2,075 millones de dólares (4.4% del PIB). Esto hizo que el gobierno incrementara su endeudamiento externo este año, como lo hizo el año pasado, y que recurriera al eufemismo del crédito interno a través de la emisión de bonos, con la aprobación del Congreso Nacional.

La prudencia en el gasto es la divisa más importante en este momento con la que puede contar el gobierno. Las manos sueltas en el gastos que hemos tenido en los últimos años deben contraerse, y se supone que una de las formas de tener control es que haya una oficina del FMI en el Banco Central.

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