La rotación acelerada en la DNCD

El presidente de la República dispuso la sustitución del jefe de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Gilberto Delgado Valdez, a quien envió a una de las subsecretarías de las Fuerzas Armadas, y en su lugar designó al general de la Policía Nacional Rolando Rosado Mateo.

Si nos fijamos en la velocidad de la rotación en el mando de la DNCD, comprobaremos que es la institución en la que menos tiempo permanecen en sus posiciones los jefes que allí se designan. Hace exactamente un año, el 19 de agosto del 2008, que el general Rafael Ramírez Ferreira fue sustituido por el general Gilberto Delgado Valdez.

¿Qué ocurre con esas posiciones, tan delicadas y tan vinculadas a los mecanismos de seguridad e información privilegiada del Estado que sus jefes no logran permanecer, echar raíces, acumular experiencias y poner sus conocimientos y destrezas en poder de la ciudadanía y a favor del combate decidido y audaz contra las drogas y el narcotráfico?

El país tiene que acumular experiencias y tener en las áreas de persecución y lucha contra el tráfico de drogas a los profesionales militares más entrenados y menos proclives a la sonsaca y a la contemplación con el crimen.

Los narcotraficantes, de cualquier lugar del mundo, tienen recursos y formas de arropar a los órganos oficiales responsables de perseguirlos y detenerlos. Pocas veces hemos tenido jefes de la DNCD que repitan en la posición, y tal vez sería deseable que los mejores hombres en la persecución de este delito estén al servicio del órgano responsable de poner en práctica la política criminal del Estado en materia de drogas. Sin competencia irracional, aunque sí estén ahí con la voluntad que se les debe suponer para que ese delito no siga ganando espacio en la República Dominicana.