Justcia al revés

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Luego de que la pasada semana Radhamés Reyes Vásquez reiterara que en la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores opera una mafia que sustrae cheques del servicio exterior, la Cancillería suspendió este lunes al ministro consejero en Nicaragua.

De acuerdo con la Cancillería, Reyes Vásquez permanecerá sin funciones por 30 días, sin disfrute de sueldo.

En la comunicación, enviada por el diplomático a Clave Digital, se le notifica que la decisión fue adoptada por éste haber incurrido en faltas estipuladas en el artículo 31 de la Ley Orgánica de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores.

La suspensión, sin embargo, fue calificada como un “abuso de poder” por Reyes Vásquez.

“No podrán callarme. Prefiero irme a vender perritos en la 27 de Febrero antes que negociar mis derechos legítimos con algunos bastardos”, aseguró.

Reyes Vásquez denunció la pasada semana que no recibe su salario desde el mes de marzo debido a que, según aseguró, en la Cancillería opera una mafia que sustrae cheques de funcionarios del servicio exterior.

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Documento de amonestación a Radhamés Reyes-Vásquez
Al día siguiente, la Cancillería acusó al ministro consejero de incumplir con sus labores.

A continuación el documento enviado por Reyes Vásquez.

A raíz de las acusaciones de incumplimiento en mis labores hechas por autoridades de la Cancillería dominicana cuando denuncié la existencia de una mafia que opera dentro de esa institución gubernamental, la semana pasada reiteré esas denuncias en el sentido de que en esa Secretaría opera una mafia que, con tal de obtener dinero por los medios que fuere, incurre en miles de diabluras como sustracción de cheques y cobro de otros en nombre de personas que, aunque ya están fuera del servicio exterior por las razones que fuere aún siguen en sus nóminas, emplacé a las autoridades de esa entidad para que se me desembolsaran los recursos correspondientes a los meses atrasados en el pago de mi salario como Ministro Consejero designado hará cinco años por el Poder Ejecutivo.

Cuando me encontré ya desvalido aquí en Managua, Nicaragua, ante la legítima sospecha de la sustracción de cheques en mi nombre o de la borradura de mi nombre en las nóminas normales a pesar de que tengo casi cinco años en el servicio exterior, opté por revelar algunas verdades y exigir, con legítimo e indiscutible derecho, el pago de los meses de abril, mayo y junio y ahora 22 días del mes de julio.

Pero en lugar de disponer una investigación, como mandan la responsabilidad y la pulcritud, recibo en la mañana de este lunes 27 de julio una comunicación en la que se me notifica que estoy suspendido en mis labores por treinta (30) días sin disfrute de sueldo. En cambio nada se me dice en relación al pago de los meses de abril, mayo, junio y los 22 días de julio.

No es suspendiendo ni reteniendo el pago de un humilde empleado de segunda categoría en el servicio exterior por hacer tales denuncias como se resuelven asuntos tan serio como los que he manifestado.

Pienso que, como en la primera ocasión desde Cancillería se me respondió con cierto rigor y mucha autosuficiencia, en lugar de tratar de desviar la atención en lo referente a las acusaciones hechas por mí, unas autoridades competentes hubiesen dispuesto una investigación rigurosa sobre asuntos tan serios y delicados. Eso no ha sucedido ni sucederá porque en esas arcas no hay menudo para devolver.

En cambio, incurren en abusos de poder reteniéndome los pagos aun a sabiendas de las estrecheces que padezco en esta Nicaragua caliente y difícil, donde todo se distancia. Pero no podrán callarme y prefiero irme a vender perritos en la 27 de febrero antes que negociar mis derechos legítimos con algunos bastardos.

En mundos tan cambiantes el abuso de poder es realmente criminal y no hace más que revelar las incapacidades de muchos delirantes y obsesos.

Nadie es dueño de institución alguna porque éstas, como todo lo del Estado, tienen jefes transitorios. Si desde esos despachos se incurre en abuso de poder se está asentando un pésimo antecedente en el ejercicio de las funciones públicas.

A los dueños de Cancillería lo único que les estoy exigiendo, en pleno ejercicio de mis derechos, es que dispongan el pago inmediato de los recursos que me corresponden.

Una vez más reitero mis denuncias. Jamás pensé que el servicio diplomático dominicano fuera esta sentina con tantas sabandijas.