El preso sí es gente, y con derechos

El Procurador General de la República, Radhamés Jiménez, declaró este sábado que los reclusos o internos en las cárceles que operan con el Nuevo Modelo Penitenciario registran una reincidencia en el delito de apenas 2.7 por ciento.

El funcionario, que habló en un acto celebrado con motivo del Día de los Padres, en la prisión Vista al Valle, de San Francisco de Macorís, resaltó que este programa ha logrado que baje el índice de criminalidad, lo que a su juicio ha pasado porque la rehabilitación de los reclusos incluye la capacitación en oficios productivos que les sirven para reinsertarse en la sociedad como personas de bien, una vez han cumplido sus condenas.

Guardando la debida distancia con el entusiasmo que expresa nuestro Procurador con el Nuevo Modelo Penitenciario, saludamos la aplicación y extensión de este programa, y esperamos que pronto pueda ser aplicado en la mayor cantidad de penitenciarías del país.

Aunque no les gusta a los sectores más conservadores, es necesario recordar y reiterar que eso de que “el preso no es gente” no es cierto.

El recluso o interno es persona, con muchos de los derechos ciudadanos y humanos que deben ser garantizados, pues sólo se le suspende temporalmente el derecho a la libertad.

Lo más inteligente que puede hacer una sociedad es rehabilitar a los ciudadanos y ciudadanas que delinquen, para logren vivir sin violar las leyes ni enfrentar constantemente a las autoridades.

Lo contrario, apresar y condenar a un delincuente común, y luego que cumple su condena enviarlo a la sociedad sin ninguna base para su reinserción, resulta mucho más costoso y dañino.

Claro que los programas de rehabilitación de los reclusos darían más y mejores resultados si estuviesen acompañados de una política oficial dirigida a identificar y a reducir en el seno de la sociedad las causas que generan el delito.

Mientras tanto, saludamos los buenos resultados obtenidos hasta el momento por el Nuevo Modelo Penitenciario.