El Gobierno, los médicos y las enfermeras

De nuevo los médicos y enfermeras que trabajan en el Estado protagonizan protestas en reclamo de que las autoridades de la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social accedan a sus reclamos para un aumento general de salarios.



Este lunes los directivos del Colegio Médico Dominicano (CMD), encabezados por el doctor Waldo Ariel Suero, y los directivos de la Unión Nacional de Servicios de Enfermería (UNASE), encabezados por Minerva Magdaleno, se encadenaron en la sede de la Secretaría de Estado de Trabajo (SET) para hacer escuchar sus exigencias.



Médicos y enfermeras llevan más de dos años pidiendo al Gobierno un ajuste de salarios, mejoría en las atenciones a los pacientes en los hospitales públicos, entre otras demandas.



A la actual directiva del Colegio Médico Dominicano se le ha acusado de ser extremista, intransigente, indolente y hasta de asumir posturas de provocación frente a las autoridades.



En ocasiones ese gremio pudo haber actuado con imprudencia o de manera inadecuada frente a una determinada coyuntura. Lo que nadie puede regatearle es el derecho a luchar por el bienestar de sus afiliados, como corresponde en una democracia a todo sector social organizado, desde los más acaudalados empresarios hasta los más humildes trabajadores.



Tampoco se les puede negar al CMD y a la UNASE que, luego de haber recibido las más duras críticas de parte del Gobierno y de sectores de opinión pública, se mostraron dispuestos a dialogar, y de hecho en un momento se avanzó mucho en unas negociaciones que tuvieron como intermediarios a funcionarios tan importantes como el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez.



El fracaso de esas diligencias no se les puede cargar a los médicos ni a las enfermeras. En consecuencia, en esta ocasión corresponde al Gobierno acercarse a los médicos y a las enfermeras en busca de una negociación franca para poner fin a este largo proceso de enfrentamiento, que sólo perjudica a quienes dependen de los hospitales públicos para sus problemas de salud, es decir, a los más pobres.



Pero que no olviden los profesionales de la salud, que tanto el CMD como la UNASE deben abrirse a cualquier posibilidad de acuerdo que les proponga el Gobierno, tomando en consideración que todavía el país no ha salido de la crisis económica y que el Estado dominicano enfrenta problemas tan graves como el desplome del servicio de electricidad.