El derecho a la protesta pacífica es fundamental en el sistema democrático, y puede ser ejercido tanto por el servidor público como por el privado. Los médicos y las enfermeras tienen derecho a protestar, por medio de huelgas u otras acciones pacíficas, para reclamar que el Gobierno les aumente el salario.
Pero los derechos también conllevan deberes y responsabilidades que por ninguna razón podrán ser obviados por quienes organicen una protesta. El uso de la fuerza es censurable cuando proviene de las autoridades policiales contra los médicos, pero también cuando los miembros de los gremios de la salud lo emplean contra sus colegas que no se suman a las protestas.
Por eso creemos que deben ser investigados y esclarecidos los incidentes en los cuales los médicos de los hospitales Dr. Robert Reid Cabral y Francisco Moscoso Puello habrían sido víctimas de agresiones por parte de sus colegas en huelga.
El Colegio Médico Dominicano no debe permitir bajo ninguna circunstancia que sus afiliados lleguen al extremo de utilizar la violencia contra sus colegas que no están de acuerdo con la huelga como método de lucha o que tienen responsabilidades como funcionarios públicos de los hospitales.
En momentos en que los médicos y la Secretaría de Salud Pública se aprestaban a comenzar un proceso de negociación para buscar una salida al conflicto, en nada ayuda el recurso de la violencia y la intimidación.
Reiteramos nuestro apoyo al derecho que tienen los médicos y enfermeras a protestar, pero condenamos el uso de la violencia física y verbal contra quienes no apoyan su causa, de la misma manera que condenamos la represión policial que en otras ocasiones han puesto en práctica las autoridades contra los galenos.
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