¿Qué sistema de derecho laboral tenemos?

John Lennon dijo una frase que yo he acuñado: “La vida es eso que se nos pasa mientras organizamos la vida”.

En tal sentido he tratado de disfrutar desde una triste puesta de sol hasta un hermoso amanecer, estudio todo lo que quiero y me he graduado y especializado de las cosas que he querido. Aun así, “hoy daría todo lo que se por la mitad de lo que ignoro”.

El objetivo de esta columna es llamar la atención de los agentes de cambio social en la República Dominicana para que generen modificaciones en el sistema laboral y evitemos la fuga de cerebros,  ofreciendo mejores oportunidades a los ciudadanos, para que luego de estudiar tanto no se vean compelidos a abandonar su tierra y vivir en la incertidumbre que viven en su mayoría los inmigrantes.

Si a algunos les ha ido muy bien, felicidades; no hablo por ellos, hablo por los que no tienen voz.

Reconozco que hay múltiples razones por las cuales emigramos, créanme que todas son tristes.

Estoy tratando de provocar alguna reacción y generar los cambios que necesitamos en la Republica Dominicana.  Probablemente alguien con oportunidad de modificar leyes laborales, como mi ex profesor de derecho laboral, Dr. Rafael  Alburquerque, excelentísimo Vice-Presidente de la Republica, que es uno de los más preparados en la rama, pueda antes de dejar el poder, promover alguna modificación tendente a eliminar la discriminación laboral existente.

¿Cómo es posible que personas que trabajamos mas de 20 o 30 años no tengamos derecho a pensión porque el sistema se está organizando ahora?. ¿Que sistema de derecho laboral tenemos,  que le niega el derecho a una vejez digna a los trabajadores?

Cientos de jóvenes optan por el narcotráfico, porque nosotros mismos les hemos negado la oportunidad de creer en el sistema, que no les garantiza la más mínima seguridad laboral al final de sus estudios, y peor aun... al final de su juventud.

Es tiempo de vernos en el espejo de México,  como ha subido el índice de criminalidad.  A eso debemos evitar llegar,  solo prestando un poco de atención a esta denuncia y modificando algunas cosas.

Doy gracias a Dios por la oportunidad que me ha conferido desde que llegué a la Florida hace algunos años. Aquí me quité la toga y el birrete, guardé por un año la cámara y la grabadora, los doctorados, maestrías y postgrados, y he trabajado de todo, hasta lograr volver a la radio y editar tres periódicos hispanos, para luego fundar La Escuela Nacional de Comunicación de la Florida Central (ENACOM), además de la una iglesia denominada "Embajada de Dios". 

Sin embargo, no es justo que después que nos hemos quemado el cerebro estudiando tengamos que esperar, suplicar favores, o esperar un golpe de gracia para obtener lo que por derecho universal nos corresponde:  una vejez digna y tranquila con un retiro decente para vivir los años que nos resten sin la duda y la angustia de no tener con que comprar medicinas y alimentos.

Espero que esta reflexión llegue a los cuadros políticos dirigenciales gestores de cambios a los fines de que permitan la oportunidad de hacer de la Republica dominicana un país donde sea un orgullo ser honesto, para que se termine la necesidad de delinquir de los narcotraficantes, sicarios, ladrones y delincuentes que solo siguen un patrón de conducta obligado.

Dios les bendiga y feliz ano nuevo para todos.


El objetivo de esta columna es llamar la atención de los agentes de cambio social en la República Dominicana para que generen modificaciones en el sistema laboral y evitemos la fuga de cerebros