De buena tinta - La renuncia de fiscales adjuntos

Que los fiscales adjuntos anden renunciando no es buena señal, si además tienen fama de duros y manejaron expedientes tan peligrosos como el de Sobeida.

No puede decirse que saliera huyendo, pues si no se fue cuando el caso estaba en sus buenas y los sicarios andaban sembrando el terror, algo le pesaba entre las piernas.

Incluso, uno de sus compañeros se le había adelantado y puesto sus pies en polvorosa. Aficionado al parecer a la película Casablanca, quiso conocer el lugar del romance y dicen que voló tan lejos como a Marruecos.

¿Por qué dejar ese cargo ahora, si el estatuto del Ministerio Público subió de categoría y ahora los fiscales son más libres? Y hasta ganarán más.

La explicación dada no convence por el momento. Que dejó la posición por razones personales, no dice nada. La expresión es tan amplia que cabe lo bueno y lo malo. Además es una excusa cliché.

Todo el que cambia de trabajo lo hace por razones personales, que no hay de otra, del mismo modo que el que se muere, sea cual fuere la enfermedad, lo hace porque se le para el corazón.

Van dos, y dicen que la cuenta no termina.

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