“Unidos por un mejor futuro para Haití” fue el título de la cumbre internacional patrocinada por Leonel Fernández en el Palacio Nacional de la República Dominicana, a la que ha asistido el presidente haitiano René Preval, además de una amplia representación de varios gobiernos y organismos internacionales.
El impulso de este esfuerzo, el primero que se realiza a nivel global para contribuir con la reorganización de Haití, debe tratar de mantenerse. La cordura, comprensión, apoyo político y solidaridad del gobierno y del pueblo dominicano ha quedado expresado en los últimos días, y creemos que esta cumbre le pone una perspectiva diferente al tema de la reconstrucción de Haití.
República Dominicana está proponiendo, por vía de su Gobierno, una ayuda más allá del terrible desastre que ha hecho palidecer las descripciones de pobreza y tragedia que los haitianos han sufrido a través de la historia.
Es cierto que el pueblo haitiano ha resistido los más violentos movimientos militares, terremotos y huracanes, y se mantiene en perspectiva de sobrevivir. Pero este momento debe ser aprovechado para darle solución a una crisis más profunda que el levantamiento de edificaciones y la reinstalación de escuelas, hospitales y carreteras. La institucionalidad política tiene que ser restablecida.
El fideicomiso internacional tiene que terminar, y los haitianos deben buscar la manera de ponerse de acuerdo, con el apoyo internacional, para relanzar su país y plantearse los desafíos de restablecer la democracia.
Y no se trata solamente de dinero y de medicamentos, alimentos, agua y equipos para retirar escombros. El presidente dominicano ha dicho que harán falta por lo menos 10 mil millones de dólares para reconstruir Haití.
Se trata de devolver a ese país al régimen de los estados soberanos, con la cooperación internacional. El presidente Preval podría encabezar ese esfuerzo, con el Primer Ministro recién instalado. Haití debe sacudirse el polvo de la división política, levantarse y caminar hacia su propio reencuentro.
Eso hablaría bien del pueblo haitiano, como ha pasado con otros países que han sabido salir de desastres como este último y replantearse los desafíos de su particular desarrollo.Y lo más importante: en esta tragedia la República Dominicana ha tenido claras sus prioridades en solidaridad, apoyo, asistencia.
Y eso lo han reconocido las autoridades haitianas, incluyendo al propio presidente René Preval, que reconociendo las diferencias del pasado, ha reconocido en los dominicanos a sus hermanos más cercanos y que más calor le han podido ofrecer en estas lamentables circunstancias.
por:http://www.clavedigital.com/
República Dominicana está proponiendo, por vía de su Gobierno, una ayuda más allá del terrible desastre que ha hecho palidecer las descripciones de pobreza y tragedia que los haitianos han sufrido a través de la historia.
Es cierto que el pueblo haitiano ha resistido los más violentos movimientos militares, terremotos y huracanes, y se mantiene en perspectiva de sobrevivir. Pero este momento debe ser aprovechado para darle solución a una crisis más profunda que el levantamiento de edificaciones y la reinstalación de escuelas, hospitales y carreteras. La institucionalidad política tiene que ser restablecida.
El fideicomiso internacional tiene que terminar, y los haitianos deben buscar la manera de ponerse de acuerdo, con el apoyo internacional, para relanzar su país y plantearse los desafíos de restablecer la democracia.
Y no se trata solamente de dinero y de medicamentos, alimentos, agua y equipos para retirar escombros. El presidente dominicano ha dicho que harán falta por lo menos 10 mil millones de dólares para reconstruir Haití.
Se trata de devolver a ese país al régimen de los estados soberanos, con la cooperación internacional. El presidente Preval podría encabezar ese esfuerzo, con el Primer Ministro recién instalado. Haití debe sacudirse el polvo de la división política, levantarse y caminar hacia su propio reencuentro.
Eso hablaría bien del pueblo haitiano, como ha pasado con otros países que han sabido salir de desastres como este último y replantearse los desafíos de su particular desarrollo.Y lo más importante: en esta tragedia la República Dominicana ha tenido claras sus prioridades en solidaridad, apoyo, asistencia.
Y eso lo han reconocido las autoridades haitianas, incluyendo al propio presidente René Preval, que reconociendo las diferencias del pasado, ha reconocido en los dominicanos a sus hermanos más cercanos y que más calor le han podido ofrecer en estas lamentables circunstancias.
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