LA OPINION: Por una solución en Honduras

Los ojos de las Américas están en estos momentos sobre el hermano país de Honduras, que una gran tensión.

El derrocado presidente Manuel Zelaya ha logrado regresar a su país y se encuentra protegido en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Zelaya ha proclamado que no cederá hasta lograr que el orden institucional sea restablecido en Honduras, y que incluso está dispuesto a pagar con su vida antes que ceder ante los golpistas.

El gobierno de facto, que encabeza Roberto Micheletti, ha decretado un toque de queda que suspende todas las garantías cívicas, al tiempo que exige al gobierno brasileño que le entregue al gobernante depuesto.

Gbiernos tan influyentes como el de los Estados Unidos y Brasil han declarado que la vida de Zelaya debe ser preservada y que su ingreso a Honduras facilita una solución negociada.

Si hay algo evidente en la crisis que vive Honduras es que los tiempos de las aventuras antidemocráticas, por más disfraces de legalidad que se les pongan, han quedado atrás.

Y no podía ser de otra manera, pues los golpes de Estado constituyen un atraso los pueblos que las sufren y un factor de preocupación internacional. Por eso los organismos internacionales y los gobiernos de países hermanos no están dispuestos a ceder para permitir a los golpistas salirse con las suyas; el ejemplo sería muy peligroso para la región.

Se debe presionar para impedir que sigan las violaciones a los derechos humanos y cívicos en Honduras, pues los golpistas están acorralados y han optado por la represión para tratar de impedir al pueblo que se lance a las calles a exigir que le devuelvan el gobierno que eligió libremente en las urnas.

Abogamos por una solución en Honduras, que no puede ser otra que la restitución del gobierno legal, legítimo y reconocido por la comunidad internacional.