Nota Editorial: Poner el ejemplo en el caso de las Pruebas Nacionales 2009

Melanio Paredes se trasladó el lunes a San Cristóbal para someter a la justicia a por lo menos siete personas que participaron en un fraude con las Pruebas Nacionales de este año. La rapidez en la investigación oficial y la decisión de actuar judicialmente por parte del secretario de Educación pone en alto su nombre y la decisión de defender las pruebas como un método eficiente de evaluar la calidad del sistema educativo.

Tan pronto el diario electrónico Clave Digital denunció el fraude, y presentó las evidencias, las autoridades educativas emprendieron una investigación que determinó la participación de técnicos y personal de la cartera con estudiantes que pagaron miles de pesos para recibir, vía celular, los resultados de los exámenes.

Andiel Galván, nuestro reportero, para obtener la evidencia negoció el pago de mil pesos por el envío de los resultados y, tal y como le prometieron, a los 15 minutos de iniciada la prueba recibió un mensaje con los datos que debía colocar. La Secretaría de Educación comprobó que por lo menos 1,026 exámenes fueron llenados con los mensajes enviados por teléfono, pues tienen exactamente el mismo patrón, incluyendo las mismas preguntas llenadas con errores, para despistar a las autoridades.

Las Pruebas Nacionales se convirtieron en una evaluación muy temida por los estudiantes, por los maestros, los directores de escuelas y colegios y por los padres y madres de los alumnos de octavo y cuarto grados. Tal vez sea necesario bajar un poco el perfil definitivo de esta evaluación. Los alumnos han recibido apoyo de algunos maestros, directores de escuelas y padres, quienes se sienten a su vez evaluados y en falta, en caso de un fracaso del estudiante.

Por más controles que intentan establecer las autoridades, los alumnos siempre han logrado burlar su eficacia, a veces contando con la traición de empleados y técnicos, que se han dado a la tarea de vender los exámenes o revelar por vías sofisticadas las respuestas correctas.

En estas pruebas, por ejemplo, fue un maestro quien instruyó a los estudiantes de la región Este sobre la forma de llevar resultados o “chivos” en el cartón de protección de las gomas de borrar, permitidas en las Pruebas Nacionales, y ese producto se agotó en las liberarías de las provincias orientales.

Hay que insistir en los valores, en mejorar la calidad de la educación y, por supuesto, en perseguir a quienes cometen fraude con algo tan serio y delicado como las Pruebas Nacionales.