Franklin Franco dona su biblioteca


La Federación de Fundaciones Patrióticas y el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana recibieron de manos del sociólogo, historiador e investigador Franklin Franco su biblioteca personal integrada por más de 10 mil títulos y también su archivo de documentos históricos, para ser incluidos en el fondo bibliográfico del museo en un acto realizado el pasado lunes 29 en el Restaurant Cane de esta ciudad.

En el acto Arnulfo Reyes, presidente de la Federación de Fundaciones Patrióticas, agradeció por este valioso aporte, que constituye el más importante que ha recibido el museo hasta la fecha.



A continuación las palabras pronunciadas por Franklin Franco en el acto de la firma del documento de donación que contiene además el inventario de los libros y documentos:

"Permítanme decirles de entrada que me siento profundamente satisfecho y alegre esta noche en que efectuamos este sencillo acto de donación de mi biblioteca y archivos personales a la Federación de Fundaciones Patrióticas y al Museo Memorial de la Resistencia, que será inaugurado posiblemente este año.

"Déjenme decirles de entrada que durante mucho tiempo el destino final de mi biblioteca, que reúne los libros que he podido adquirir con mucho sacrificio aquí y en el extranjero durante más de cincuenta años de mi accidentada vida, se había constituido en un serio problema que me mortificaba en no pocas noches.

"En principio, cuando hace muchos años inicie la difícil tarea de su creación, confieso, me incline por la idea de dejar ese patrimonio a mis hijos y hasta hace pocos años estuve decidido a cumplir con ese propósito.



"Alimentó mucho esa inclinación mi notoria incapacidad para acumular otro tipo de riqueza para dejarla como herencia.

"Es decir, como no tengo en propiedad acciones en empresas industriales o de comercio, pero tampoco un solo metro de tierra o concreto para dejarlos como herencia, salvo el piso, el techo y las paredes de la casa donde vivo, no pocas veces llegué a creer que era una decisión muy buena el dejar mi biblioteca a mis hijos.

"Sin embargo, en la medida en que con el paso de los años mi biblioteca fue creciendo, o para mejor decir, se fue enriqueciendo con colecciones y textos de gran valor, naturalmente de gran valor solo en el orden del conocimiento y para los ilusos como quien les habla, paradójicamente comenzó a modificarse mi anterior determinación.

"Es decir, comencé a dudar sobre la justeza de la idea de dejarla en herencia a mis hijos."

"Alimentó mucho mi duda el conocimiento que tengo sobre la absoluta indigencia bibliográfica de las llamadas bibliotecas públicas dominicanas, perdónenme la calificación, verdaderos almacenes de textos obsoletos.

"Entonces comenzó a crecer en mi mente la creencia de que esa biblioteca -perdonen la inmodestia- donde he podido reunir, lo reitero, con mucho sacrificio, un fondo verdaderamente envidiable de libros dedicados al estudio de las ciencias sociales, pero sobre todo, de la historia dominicana, no podía de ninguna manera estar destinada al uso exclusivo mío o de mis hijos.



"No pocas veces sentado en mi escritorio y mirando alrededor los estantes de libros que cubren las paredes de mi oficina para mi uso exclusivo, me sentí culpable de esa privatización bibliográfica.

"Y justo cuando comencé a pensar de esa manera, mi querida biblioteca comenzó a convertirse para mí en un problema grave, en una verdadera carga de conciencia.

"Tan y tan grave, que aunque soy muy poco inclinado a consultar con otros las cuestiones que me preocupan, confié a algunos amigos y colegas los motivos de mi angustia.

"No pocos me expresaron que tenía en mis manos la oportunidad de resarcir con su venta la inversión acumulada durante más de cincuenta años, decisión que, según argumentaban no sólo era certera, sino justa.

"Agregaban a su vez que otros intelectuales propietarios de similar acervo bibliográfico lo habían hecho con magníficos resultados.

"El consejo, sin embargo, a pesar de su atractivo material, no me convenció.

"Y no me convenció por una razón muy sencilla, que algunos pueden entender absurda: necesito estar seguro que el destino final de mis libros no sea el mismo que han tenido hasta hoy: la de ser el patrimonio privado de una sola persona.

"Necesito, para estar tranquilo, tener la absoluta seguridad de que estos libros que han sido los responsables de mi formación intelectual sean dedicados para fomentar el crecimiento de la capacidad de nuestros jóvenes estudiantes y profesores. Es decir, estoy absolutamente convencido con que tendrán mejor provecho en su uso colectivo.

"Pero además, por esa esta otra razón tampoco accedí a su venta: Creo que es de justicia el querer que los libros que conforman esta biblioteca no se separen, no se dispersen, que anden juntos como una sola familia, pues solamente así pueden cumplir con el papel de suplir, al ser consultados en conjunto, los conocimientos que muchos jóvenes necesitan para lograr una solida formación científica en el área de las ciencias sociales.

"Bien llegado a este punto es de rigor advertir que en nuestro país no existe una sola biblioteca especializada en las ciencias sociales. Posiblemente esta noche, sin darnos cuenta estemos contribuyendo con esta donación a construir lo que podría ser en el futuro, la primera biblioteca dedicada a esa importante área del conocimiento.

"Por todo lo hasta aquí expresado ustedes comprenderán entonces porque al principio de mi intervención exprese que me sentía satisfecho y también emocionado.

"Al firmar esta noche el acuerdo formal de donación de mi biblioteca personal a la Federación de Fundaciones Patrióticas, que se ha comprometido a iniciar con estos libros la inauguración de una biblioteca pública que tendrá su sede en el Museo Memorial de la Resistencia, salgó de aquí como todo un hombre nuevo, libre de preocupaciones, absolutamente descargado de aquel terrible peso de conciencia en que se había convertido hasta hace poco, el pensar en el destino final de mis libros.

"Estos libros que tanto quiero, verdaderos culpables de mi manera correcta o equivocada de pensar y actuar, y que sin dudas, como decimos en el Cibao, echaré tanto de menos, no podían caer en mejores manos".

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Buenos Dias Nagua se reserva el derecho de publicar comentarios que contengan palabras no apropiadas y/o frases denigrantes por razones de raza, sexo, religion entre otras.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.