Una pequeña rancheta cobijada de cana y cartón, sirve de escuela para 116 niños de la comunidad de Yabanal, limítrofe entre el municipio de Puñal y La Vega, que fue alquilada por dos mil pesos a una mujer que ahora intenta desalojarlos por falta de pago.
Desde una sola mesa la maestra Flor de Liz Lugo imparte la docencia a dos cursos del nivel pre primario y primario, en la polvorienta enramada de la que podrían ser desalojados, pues el Ministerio de Educación lleva tres meses sin pagar la mensualidad. Carecen de agua, la cancha es una malla colocada en dos cocoteros y hay una sola letrina a punto de caer a un barranco.
Si antes los estudiantes pasaban una situación de angustia, pues tomaban clase en tres ranchos y una pequeña granja prestada por la comunidad, ahora es tétrica, debido a que con una ligera llovizna deben despachar para impedir que se mojen y enfermen.
La escuela cuenta con cinco maestros que imparten docencia en dos tandas de primero a séptimo grado, según narró su director Elías Vásquez.
Estas precariedades motivaron que maestros y padres programaran ocupar para hoy las estructuras de la vieja escuela que levanta Educación, iniciada el 2004 y actualmente construida en un 50 por ciento.
Por el abandono y atraso en el pago, los trabajadores decidieron cargar con el cemento y venderlo al mejor postor para pagarse sus tres meses de deuda, según se reveló.
Otro caso que es muy similar
En iguales o similares condiciones reciben docencia otros 150 niños del distrito municipal La Canela, al Suroeste de Santiago, en espera de que se cumpla la promesa de ampliar el actual centro. Han recibido solo promesas y la sugerencia de esperar su turno, como otras localidades.
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