Cortorreal: El protector de un manantial

viernes, 4 de septiembre de 2009, 04:12 p.m.

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SAMANÁ, República Dominicana. - Alejandro Cortorreal, de 52 años, es definido por residentes de Los Corrales, en Samaná, como un protector de los recursos naturales de la comunidad.

Comerciante en retiro, manifiesta su pasión por la defensa del medio ambiente. Se levanta a las cinco de la mañana a limpiar el área de un manantial denominado el “Ojo de Agua” en este paraje del municipio de Sánchez, donde abundan los cocoteros y el paisaje de sus lomas hace gala del verdor.

Durante 25 años, Cortorreal vivió en la capital, donde se dedicó al comercio, pero en el 2000 decidió regresar a su comunidad natal.

Reside en una casa de madera, cobijada de zinc, ubicada a pocos metros del acuífero que en época de escasez es fuente de agua para el consumo de los residentes de Los Corrales.

COMPRÓ LOS TIRAPIEDRAS A LOS NIÑOS

En el entorno del manantial “Ojo de Agua”, que desemboca en la Playa los Indios, abundan aves de diferentes especies como cigüas y tórtolas. Alejandro Cortorreal, además de limpiar el acuífero, también es un defensor de estas aves, que antes de su retorno a Los Corrales en el 2000, eran cazadas por los niños. “Compré todos los tirapiedras a los niños porque mataban los pajaritos y nadie les decía nada producto de la ignorancia”, expresa. Dice que se ha dedicado a conversar con los niños sobre la importancia que tiene para el medio ambiente conservar las aves. “Ya ningún niño viene aquí a matar un pajarito, ya desistieron”, afirma Cortorreal.

Cortorreal cuenta que hace nueve años cuando retornó a residir a Los Corrales este manantial agonizaba cubierto por la maleza.

Su labor ha consistido en limpiarlo; ha colocado piedras en los alrededores y convirtió el “Ojo de Agua” en un balneario.

Plantó en su entorno un jardín con plantas de diferentes especies. Además de su acondicionamiento y recuperación, sembró vida en las aguas del manantial, donde llevó especies de tilapia, camarones, jaiba y jicoteas.

Muestra un celo implacable con el cuidado de estas especies. También ha sembrado en su interior plantas acuáticas. “No permito que nadie venga a pescar, porque esas especies son parte de la vida de este ojo de agua”, afirmó Cortorreal, quien es padre de las estudiantes universitarias Natalia, de 22 años, y Janeli, de 21, quienes residen en la capital.

Dice con orgullo que el balneario se ha convertido en un punto de referencia para los turistas dominicanos. Cada semana es visitado por personas que hacen turismo interno, procedente del municipio de Samaná, Las Terrernas, Nagua y Santo Domingo.

En todo lo que tiene que ver con la naturaleza ahí estoy presente y siempre estaré hasta mi último suspiro”

Alejandro Cortorreal, Residente en Los Corrales
“Estoy aquí para crear conciencia en los visitantes de que no deben pescar las especies, que son parte del atractivo que tiene este balneario”, afirma.

Recuerda que su pasión por la naturaleza y por este manantial comenzó a los siete años, a partir de que sus padres les permitían bañarse en las cristalinas aguas de este río.
“En todo lo que tiene que ver con la naturaleza, ahí estoy presente y siempre estaré hasta mi último suspiro”, expresa Cortorreal.

Cuando no hay agua la gente viene aquí a buscarla para el consumo. Este manantial es parte de nuestra vida”

Antonio Altagracia, Residente de Los Corrales.
En Los Corrales, donde residen alrededor de 350 familias, los vecinos califican de positiva y motivadora para esa comunidad la entrega de Cortorreal para preservar el Ojo de Agua.

Antonio Altagracia, miembro de la Junta de Vecinos de Los Corrales y de la Iglesia de Dios Incorporada, expresa que la labor de Cortorreal es “digna de imitar” en una época donde abundan personas interesadas en depredar el medio ambiente y citó como ejemplo el caso de las pretensiones de instalar una cementera en Los Haitises.

Altagracia también se refirió a la oposición de varias comunidades de Samaná contra las intenciones de la empresa Walvis Investment de explotar piedra caliza en las lomas de Samaná, mediante una concesión otorgada por la Dirección de Minería.

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“Ese hombre se ha dado por nuestra comunidad, él se ha entregado en cuerpo y alma para preservar los recursos naturales que tenemos”, manifestó Altagracia.

Arquímedes Jiménez, residente de Los Corrales, quien acudió al acuífero a disfrutar de un baño, define el trabajo de Cortorreal como “grandioso y bueno”.

“Él se ha entregado a la limpieza permanente. Si este manantial se mantiene con higiene debemos darle gracias a él. Cortorreal le ha dado mantenimiento”, afirmó Jiménez, mientras era observado por jóvenes de la comunidad que acuden cada tarde a disfrutar del ambiente fresco y de las aguas cristalinas.

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