Los linchamientos quedan impunes


La muerte de Carlos Alejandro Rojas fue uno de los sucesos más vistos y comentados en Villa Faro, un sector de Santo Domingo Este, sin embargo, y pese a la concurrencia, nadie supo quién o quiénes fueron los autores del crimen.
El hecho ocurrió el pasado sábado 28 de agosto, a plena luz del día, cuando la víctima alegadamente junto a otro desconocido intentó robar en un colmado y huía del acoso de quienes lo perseguían.

Rojas, de aproximadamente 30 años, cayó mortalmente herido. El cadáver del presunto ladrón tenía dos balazos, uno en el tórax y otro en el cuello.

Fue una muerte por linchamiento, al menos eso divulgó la Policía Nacional en una nota, dando cuenta del suceso.

A piedras, palos y armas de fuego persiguió la multitud a la víctima hasta darle alcance en una calle, donde cayó el cadáver tras ser baleado.

El vecindario desbordó la escena del crimen. Cada quien que desenfundó su arma de fuego hizo alarde del esfuerzo que hizo para atrapar al pillo.

La Policía Nacional llegó apenas minutos después, y a uno de los integrantes de la patrulla se le oyó lamentar de la escapatoria del compañero de la víctima.

Debieron haberlos linchado a los dos. Así nos evitan el trabajo de nosotros,  recuerda un vecino que dijo el policía.

Al lunes,  30 de agosto, la prensa escrita reseña la siguiente nota sobre el suceso:  Un presunto delincuente fue linchado en el sector Villa Faro al ser sorprendido mientras asaltaba un colmado.

La víctima fue impactada por varios disparos. También sufrió golpes en diferentes partes del cuerpo que le infligieron desconocidos que huyeron del lugar, informó la Policía Nacional.

Junto a los detalles de otros sucesos del fin de semana, la institución del orden concluyó diciendo que: cada uno de los hechos se investiga.

En Villa Faro, un sector del municipio Santo Domingo Este, en el mismo escenario donde todo el vecindario fue testigo, se preguntan, sin embargo, que clase de investigación es la que realizan si nadie se ha tomado la molestia de ir a indagar por el lugar.

El cadáver de Rojas fue levantado en la calle Juan Cartagena Álvarez, esquina Teodoro Stanley, del citado sector.
Justicia con las manos
En lo que va de año ocho personas han sido muertas por linchamiento en distintos puntos del país, a saber: Cuatro en la provincia Santo Domingo, incluyendo la muerte de un supuesto ladrón haitiano en la urbanización Marañón, en Villa Mella; dos en Santiago, una en Bonao, y otra en Paraíso, Barahona.

En ninguno de los casos se ha abierto un proceso de investigación, y, si lo ha habido, nadie ha sido procesado de un homicidio por linchamiento, lo que cuestiona la actitud policial en cuanto a la persecución de los crímenes. Es evidente que la dejadez de la investigación se traduce en impunidad.

El caso de Paraíso ocurrió el pasado 17 de agosto. Un hombre, sospechoso de robo, fue perseguido por una multitud que le dio alcance y lo mató a palos y piedras. La víctima, Ismael Féliz, de 36 años, fue sindicado como el autor de un robo en un negocio.

La gente del lugar adujo que se hizo justicia con sus propias manos ante la inoperancia de los agentes del destacamento del lugar, según reza la información divulgada por un corresponsal periodístico. Paraíso es un pueblo pequeño y todo el que participó en el linchamiento lo comentaba con jactancia, pero pese a ello nunca se abrió una investigación para procesar a los implicados en el linchamiento.

Féliz vivía en el barrio Los Llanos del municipio de Cabral, según sus documentaciones, mientras que de sus compañeros no se tienen datos, porque huyeron en una motocicleta. El linchamiento se produjo a las afueras del pueblo, en las inmediaciones de la subida de Chapeo a entrada de la obra de toma del Canal Nizaíto.

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