Nuestros políticos ante un clamor nacional

En varios editoriales Clave Digital se ha referido a la necesidad de que los principales actores y pilares que sustentan el sistema político dominicano, es decir líderes y partidos, tomen conciencia de su alta responsabilidad para con la ciudadanía a la que le piden el voto en cada proceso de elecciones.

En estos momentos en la República Dominicana hay sectores sensatos seriamente preocupados por el auge que han tomado desde hace unos años el clientelismo, el rentismo y el uso de los recursos públicos en la clase política, rebajando lo que debe ser un ejercicio democrático serio a simple compra y venta voluntades, al transfuguismo y a la corrupción descarada.

Organizaciones cívicas, políticos serios, líderes eclesiásticos, medios de comunicación y asociaciones de empresarios claman porque se ponga un freno a estas prácticas tan nocivas para la democracia, que no hacen más que restar valor a la participación de candidatos y electores en los procesos de elecciones, reduciendo todo a la más vulgar compra-venta, al ventajismo y al oportunismo.

Nuestros partidos y sus líderes debían verse en el espejo de varios países amigos de América Latina, en los cuales los partidos y el liderazgo tradicional, por sus errores y por la falta de respeto a sus conciudadanos, han sido sustituido por líderes populistas, en algunos casos improvisados, con discursos y praxis radicales, que han hecho pagar a justos por pecadores.

El transfuguismo, el barrilito y otras malas del oficialismo y de la oposición han llevado a que un segmento importante de la ciudadanía dominicana esté pensando seriamente en la abstención electoral, lo que no sólo desluciría los comicios, sino que daría lugar a funcionarios electos con una débil legitimización ante el país.

Algunos dirán que todavía nuestro sistema de partidos es fuerte. Es cierto, pero de seguir las cosas como van, llegará el momento en que esa fortaleza comience a flaquear. Por lo menos debían pensarlo.