El rostro de Sebastián refleja una expresión distinta cuando se le
acerca su madre, Mónika Despradel. Quienes saben descifrar los gestos de
este niño de diez años, con parálisis cerebral, dicen que se pone
“ñoñito”. Pero su expresión parece ser el reflejo de la alegría que
emana de su madre cuando está junto a él.
Sebastián ha sido para Mónika la motivación para su trabajo esmerado en procura de mejorar la calidad de vida de otros niños que tienen su misma condición. Junto a otras madres, Mónika creó la Fundación Nido Para Ángeles, en la que ofrece terapias a niños que sufrieron parálisis cerebral.
Sebastián ha sido para Mónika la motivación para su trabajo esmerado en procura de mejorar la calidad de vida de otros niños que tienen su misma condición. Junto a otras madres, Mónika creó la Fundación Nido Para Ángeles, en la que ofrece terapias a niños que sufrieron parálisis cerebral.